El niño de la calle ha cortado todo contacto con su familia. No es cierto que no tenga familia. Simplemente ya no la tiene en cuenta. Esto puede ser debido a varias causas, la más frecuente de ellas siendo la disolución del núcleo familiar: muy a menudo, el cabeza de la familia es muy móvil. No duda en desplazarse para buscar un trabajo y a rehacer su vida a decenas o centenares de kilómetros del hogar. Abandona a la familia, aparece una nueva esposa (o un nuevo esposo). El niño o la niña rechazan al padrastro o a la madrastra, lo que les lleva a usar la fuerza, pegándole con frecuencia. Entonces el menor huirá. Esta es la primera causa y el caso más corriente.
La segunda causa está constituida por la miseria: Una familia demasiado numerosa, una sequía, una calamidad natural, y ya tenemos a una familia en vía de disolución. El marido rehúye de sus responsabilidades y se marcha a la ciudad. Un día, la madre ya no puede más y hace lo mismo, dejando a los niños a la abuela, o llevándoles con ella a la ciudad. Para sobrevivir, mendigará o se prostituirá. Es probable que un día la abuela también llegará a la ciudad con todos los niños, porque ya no puede alimentarlos.
La tercera causa es la guerra. Se pueden dar las tres condiciones a la vez, siempre se llegará al mismo resultado. Poco a poco el niño o la niña perderán el contacto con su familia, abandonado en la gran ciudad. Ya no es el niño o la niña de tal o de cual, simplemente es un niño de la calle.
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